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Laguna Negra: relato de viaje Alla por Semana Santa del 2004 llegamos juntos a Pampa del Rayo. Digo juntos, porque era la primera vez que encarabamos un proyecto "mixto" del que participaban tanto camionetas 4x4 como cuatriciclos y motos de enduro. En
esa oportunidad fue entonces que tome contacto por primera vez con el
enduro en forma directa, ya que habia seguido desde tiempo atras las aventuras
de la tropa de Nestor Queralt. Pero recien cuando se ve en directo a las
motos cargadas como mulas, cuando se ve a los pilotos sudorosos y con
olor a nafta, con esos hermosos trajes de enduro con marcas de reiteradas
caidas y porrazos, uno aprecia realmente lo epico de viajar en moto a
lugares tan alejados e inaccesibles. "Mug, el grupo de jeeps de Pepe Comesaña va para Pampa del Rayo el finde del 8/12. Mandan los jeeps en camion, y me ofrecieron mandar las motos junto con los jeeps hasta Neuquen. Te queres prender? Seriamos solo 4 motos" - Me preguntaba Nestor hace un par de semanas. De inmediato le conteste que si, aunque sin estar muy convencido de estar preparado para semejante desafio. Me tranquilizo saber que junto a nosotros vendria Roberto, otro debutante en estos terrenos, asi que pense que no seria tan notoria mi inexperiencia. Alla fuimos. Tomamos el micro en Liniers el miercoles 7/12 a las 19 hs, aunque casi lo perdemos por no escuchar el aviso de salida. El viaje arranco pesado por el trafico en el acceso oeste, y eso nos robo dos valiosas horas, ya que en lugar de llegar a Neuquen a las 9:00 am, llegamos las 11:00 am. Desde el micro, al llegar a la terminal, vimos el transporte estacionado sobre una colectora con todas las motos prolijamente alineadas a un costado. Felices como chicos corrimos al encuentro de nuestros corceles, y ahi nomas en medio de la calle empezamos a ponernos las armaduras y a alistar el equipo que debiamos cargar. Nos separaban casi 400 kilometros de nuestro objetivo, el pueblo de Barrancas, llave de acceso a la ruta 53 que nos llevaria a Cochico y Pampa del Rayo. A las 11:05 emprendimos raudamente el enlace, para hacer solo 30 kilometros y descubrir que mi Suzuki tenia pinchada la rueda delantera. Paramos en una gomeria, y mientras Sandro desarmaba la rueda, Nestor nos invitaba pedazos de sanguches de miga y coca-cola. La causa del pinchazo era un prensatalon aplastado en Cordoba, asi que lo reemplazamos, el gomero hizo el parche, y en 20 minutos estuvimos de nuevo en marcha. Llegamos a Añelo a repostar combustible un par de horas despues. Al querer arrancar el XR, Nestor se queda con la patada de arranque desprendida de la moto. Otra nueva intervencion del flaco Sandro secundado por Roberto, quienes consiguen despertar a un mecanico un feriado a las 2 de la tarde. Dos horas de espera comiendo una milanesa, y a las 15:30 estamos de nuevo en marcha.
El enlace se hizo bastane pesado por el calor que se reflejaba en el pavimento, y recien cuando las ruedas tomaron contacto con los caminos de tierra la cosa se puso mas amena. Llegamos a Buta Ranquil a las 5,30 de la tarde, ultima repostada y avance final a Barrancas. Una
vez alli llenamos tanques auxiliares, y reservamos la ultima habitacion
libre de Barrancas, ya que gracias a la construccion del nuevo puente
inteprovincial y la repavimentacion de la RN40, hay mucha gente del obrasdor
trabajando en la zona.
JUEVES 9/12 Nos despertamos a las 6 am y alistamos las motos y equipos. A las 7 am nos sirvieron un buen desayuno, y emprendimos la marcha con mucho entuciasmo.
Hicimos los dos kms de rigor por la RN40 hasta la RP53, y ahi nos metimos a buen ritmo disfrutando unos paisajes increibles. Cada tanto Sandro se paraba en algun lado y nos sacaba fotos (gracias de nuevo flaco!) y tanto Roberto como yo aprovechavamos los kilometros para ir entrando en ritmo.
Al rato de andar pasamos por la tristemente celebre laguna de Carilauquen y alli nos llamo la atencion lo turbias que bajaban las aguas, lo que denotaba claramente que la corriente proveniente del deshielo era importante. Foto de rigor de Roberto y Sandro
A medida que ibamos avanzando el camino se iba poniendo mas y mas complicado. Lo que en otro momento eran solo hilitos de agua, se habia convertido en vadeos respetables.
Las recientes y abundantes nevadas habian barrido partes importantes del camino, lo que hacia mas lento y dificultoso el avance. En varias ocasiones vimos huellas de los jeeps que mostraban que habian tenido que laburar para poder pasar. Y anosotros tambien nos complico un poquito, para que negarlo...
Nos
detuvo la pinchadura de mi neumatico trasero con el adicional de un rayo
roto (Pampa del que???), asi que la magica solucion aportada por Nestor
fue meterle 60 libras a la goma para que trabaje el Protepinch, golpecito
en el casco y un "dale nene, metele pata y trata de no caerte, pelotudo" Mapa En mi loca carrera me pase un poquito de largo, retome y fui al encuentro de mis compañeros, sin notar la presencia del querido y afamado "Rulemayin", que casi se morfa mi DR...
Ademas de bancarme los improperios y risotadas del Comandante, sacar la moto de alli con la ayuda de Roberto me dejo sin resto, me mato. Por un buen rato quede arruinado, al extremo de no poder levantar solo mi moto en las siguientes dos caidas. Entretanto avanzabamos bajando hacia el puesto del rio, la moto de Sandro empezo a joder. Algo le paso a la bateria, y el Yamaha 600 se resistia a arrancar, y no tiene patada de arranque, asi que nos tuvo en vilo, ya que ese lugar no daba para andar empujando o tirando la moto para que arranque. Una vez mas la paciencia y la perseverancia resolvieron la situacion, y de a poco la bateria empezo a tomar carga y a permitir que Sandro pudiera seguir adelante en su 600. Empezamos a buscar la forma de vadear el Barrancas (uno de los 2 vadeos dificiles que teniamos por delante). Buscamos y buscamos, pero en todos lados el nivel de agua era muy alto, peligroso para los motores. Finalmente Sandro hizo punta, se tiro de cabeza y logro cruzar. Tras la puteada de rigor por parte de Nestor (que no es partidario de cruzar nada sin antes bajarse a medir el nivel y el tipo de piso), todo imitamos la maniobra de Sandro lo mas fielmente posible, y aparecimos de la otra orilla. Aca empezo una muy linda zona de manejo, con pendientes laterales que te hacian apretar un poquito el asiento, montones de piedras que amenazaban las Pirelli, matas de pasto duro, arena, mayines.... una hermosura. En poco menos de media hora estabamos de nuevo a orillas del Barrancas, justo enfrente de Zocaga Drive (aquella memorable trepada donde casi perdemos el Trooper en el viaje anterior). La
cosa estaba brava, el rio estaba tremendamente caudaloso y bastante profundo
(hasta la cintura). Asi que no quedaba otra mas que cruzar las motos a
sangre, con el motor apagado. Demas esta decir que la tarea no fue nada
facil. Tirabamos una moto al agua, le atabamos una cuerda de 8 metros
a los barrales desde la que Nestor tiraba desde la margen opuesta, mientras
Sandro, Roberto y Mug trataban de hacer avanzar todo ese peso muerto sobre
el pedregoso lecho del rio, luchando ademas contra la correntada que se
queria llevar la moto o alguno de los bipedos marinos. Nestor les indico el camino. Acto seguido arranco el 250, le metio el puño a fondo y subio Zocaga Drive de un tiron, el muy hijo de puta.... (dicho esto con el mayor de los respetos y admiracion incalculable). Atras lo siguio Sandro con el 600. Renego un poquito mas, pero tambien llego hasta arriba. Con Roberto nos miramos con cara de carneros degollados... quien carajo nos subia hasta alla arriba? Bueno, que se le va a hacer, de algo hay que morir. Roberto puso trompita para arriba, y empezo a subir, seguido de cerca por mi. Al llegar a un descanso a mitad de camino, como yo venia mas embalado y ni en pedo me animaba aparar ahi, lo pase por izquierda y empece a subir la parte mas empinada y jodida de la trepada. Apenas hice unos metros y mi rueda trasera se empezo a enterrar, y tuve que cortar. Desde arriba Nestor y Sandro me gritaban que la gire y emiece de nuevo... ma que girar ni ocho cuartos, se me salia la lengua afuera, no podia ni ponerla en marcha!!! Un poco mas atras Roberto tambien estaba tomando aire-coraje para seguir. En tanto, Tico habia subido el primer jeep hasta el descanso. Menos mal, porque si no me ayuda a dar vuelta la moto todavia estoy ahi... Bajaron finalmente Nestor y Sandro a darnos instrucciones, y despues de mucha adrenalina y rosca a morir, pudimos poner las 4 motos juntas alla arriba. Gracias Viejo por el consejo! Atras vinieron los jeeps, que de a poco se fueron animando con la trepada (vamos muchachos, que por ahi hasta subio una Rocky!!!!) Serian como las 3 de la tarde cuando estabamos con todos los vehiculos sobre la Pampa del Rayo propiamente dicha. Aprovechamos el momento para repostarles combustible a las motos, y de alli seguimos viaje, maravillandonos una y otra vez con la belleza del paisaje, y la increible magnitud del rayo que surca esa pampa agreste. Dejamos a nuestra izquierda el puesto donde convinimos acampariamos esa noche, y continuamos rumbo al escorial. Cuando encontramos el cruce del rayo, hicimos unos 2000 metros y paramos a reagrupar con los jeeps. Ellos iban a tratar de llegar a la Fea, mientras nosotros teniamos como objetivo la aun inexplorada Negra. Nestor y Sandro acompañaron a los jeeps ladera arriba, entre bardas de hielo, tratando de marcarles un paso por donde subir.
Mientras tanto, al pie del faldeo, Roberto y yo preferimos tirarnos unos minutos a reponer energias. Estabamos los dos medio desmayados, a tal punto que cuando volvieron Sandro y Nestor nos encontraron apolillando, con babeo incluido.
Nos pusimos en marcha a eso de las 4,30 con proa al norte, rodeando el gran escorial que separa ambas lagunas, serpenteando entre matas de pasto seco y arena. Sandro nos guio con precision hasta el lugar donde habian llegado la ultima vez, y desde donde intentariamos una peligrosa subida por la ladera de la montaña. La
naturaleza se defiende de gente como nosotros, asi que el hielo que cubria
la ladera por la que deberiamos transitar nos dejaba otra vez sin poder
llegar a la cada vez mas misteriosa Laguna Negra. Sandro probo por otra
variante, llena de piedras volcanicas y arena, pero no habia caso. Nos
juntamos los cuatro (que aun no habimos probado bocado, estabamos cansados
y mojados), para decidir que haciamos: Nos sacamos las botas y las protecciones, nos calzamos zapatillas y aligeramos al maximo la vestimenta porque adivinabamos que el viaje iba a ser duro. Pusimos como hora tope para avanzar las 18,30 asi que si no llegabamos en 1 hora 15 minutos, pegariamos la vuelta. A las 5,15 arranco Sandro, una verdadera cabra el hijo'e puta. A unos pocos metros lo seguia yo, y apenas atras mio venia Roberto. La primer trepada era desalentadora, para subir 60 metros nos llevo como 15 minutos. Alla abajo, al lado de su moto, se veia a Nestor preparandose para subir. Yo pense para mis adentros "Este ni en pedo viene, esta haciendo tiempo para que lo perdamos de vista". Subimos ese primer morro, y luego la geografia se hacia un poco mas suave, con grandes subidas y grandes bajadas pero con un gradiente mas natural, que permitia avanzar lenta pero constantemente. Un rato despues lo alcance a Sandro, quien a los grito festejaba "ahi esta, ahi esta!!!". Entre dos cerros nos dejaban adivinar una esquinita de la laguna, que desde alla adelante nos invitaba a seguir intentando. Miramos la hora y eran "apenas" las 6, asi que teniamos un poco de changui. Todas las laderas estaban completamente nevadas, asi que no pudimos evitar la tentacion de caminar un poco sobre la nieve. Nos quedamos admirando la Pampa del Rayo desde la altura, y de paso lo esperabamos a Roberto que se nos acercaba. En esta foto se ve a espaldas de Roberto y Sandro la Pampa del Rayo en su lado noroeste. Para que se ubiquen, Roberto y Sandro estarian mirando en direccion a la laguna.
"Che
Roberto, lo viste venir a Nestor?" Le seguimos metiendo pata, y uno tras otro ibamos cruzando las trepadas que se nos aparecian. Finalmente, siento las 18,20 llegamos al ultimo gran filo que nos separaba de la laguna. Era una pared que caia casi vertical, digamos que a unos 70º, y mientras me preguntaba como joraca la ibamos a bajar, y peor aun, a subir de vuelta, lo veo a Sandro que se tira para abajo con una decision envidiable. En un minuto estaba abajo invitandonos a seguirlo. Con Roberto nos miramos, y entendimos que no habia mas remedio, para abajo nomas! Los tres nos emocionamos por la vista que nos regalaba la naturaleza, rendida ante nuestro tozudo entusiasmo. La laguna nos hizo olvidar el cansancio, y los tres saltabamos contentos como chicos. Sandro cumplio de inmediato el ritual de bañarse en la laguna, sin darle bola a que se trata de agua de deshielo. Se quedo en slip y se zambullo de cabeza, un capo el flaco!!!
Como vimos que no se murio congelado, tomamos coraje y tambien nos metimos Roberto y yo. Una rapida zambullida y la temperatura corporal bajaba abruptamente. Pero como la tarde estaba tan linda y habia un solazo barbaro, en unos minutos estabamos secos y repuestos. Cuando ya nos disponiamos a pegar la vuuelta, lo vemos llegar a Nestor hasta el filo, y tirarse para abajo como una cabra. La llegada del Comandante fue de lo mas festejada, y ahora si podiamos sacar la foto los 4 juntos con ese paisaje de fondo.
"Dale Mug, son casi las 7, tenemos que irnos" me dijo Sandro. "Y como carajo vamos a subir eso?"
Hicimos de tripa corazon y fuimos desandando el camino. Nestor iba pidiendo fotos y grabando el track, y no pude menos que admirar el temple de este tipo, que aunque no habia tenido tiempo para descansar, nos seguia el ritmo y ademas se ocupaba de documentar posibles caminos para proximos viajes. Simplemente ENORME.
Llegamos extenuados pero felices a nuestras motos, comimos algunas frutas secas que tenia Sandro y nos volvimos a poner el equipo y las botas (como apretan, la puta madre!!).
Nos apuramos para tratar de llegar al puesto de acampe con algo de luz. Fue muy divertido andar ligerito copiando todos la misma huella, casi soldados al compañero de adelante. Grande fue nuestra sorpresa al llegar al puesto y ver que no estaban los jeeps. Empezamos a armar la carpa dentro del puesto, esprando que lleguen, pero nada.... nuestra principal preocupacion es que ellos transportaban nuestras provisiones de alimento y combustible, asi que suponiamos que iban a aparecer de un momento a otro.
Cuando vimos que esto no ocurriria, hicimos un recuento de las provisiones que teniamos encima, y armamos una cena casi decente que consistio en sopa de pollo, arroz a la no se que, barritas de cereales y agua de la laguna Negra. Como broche de oro, Roberto saco de la galera una mini botella de Chandon, que alcanzo para darle un beso cada uno e irnos a dormir. SABADO 10/12 Amanecimos mas o menos enteros, a eso de las 7, y el bueno de Sandro que casi no pudo dormir porque no entraba en la carpa, nos esperaba con un cafe caliente. Gracias Flaco, un lujo tu compania y tu espiritu de equipo. Medio a regañadientes fuimos armando los bartulos y poniendonos por enesima vez los equipos.
Ni bien estuvimos listos, empezamos a desandar el camino. Esta vez todo parecia mas facil, seguramente porque teniamos pendiente hacia abajo. Asi fue que bajamos Zocaga Drive sin contratiempos.
Y los jeeps? Bien, gracias, aca en el vadeo tampoco estaban. Eso significaba que otra vez ibamos a tener que cruzar las 4 motos a pulmon, con el agravante que habia mas agua que el dia anterior. Nos alistamos para un fresco bañito matinal.
Al igual que el dia anterior, atabamos la moto con una soga, y mientras uno tiraba desde la margen opuesta, los otros tres nos metiamos al agua helada a luchar contra la correntada que se queria llevar la moto y algun bipedo.
Laburamos
como esclavos, estabamos todos fusilados, pero en menos de una hora teniamos
las 4 motos en marcha en la otra orilla, y todo el equipaje seco.
En ese tramo, Sandro engancho un pie en una piedra y se torcio la rodilla derecha. El pobre estaba maltrecho, y quedo "cojo" hasta el dia de la fecha. Cuando llegamos al puesto nos encontramos con las provisiones que en su huida nos habian dejados los jeeps, junto con el combustible que tanto necesitabamos. Descorchamos una de tinto que compartimos con los puesteros, y le dejamos el resto de las provisiones, que a ellos les venian mejor que a nosotros. Repostamos combustible, saludamos a los amigos puesteros y empezamos la subida a la ruta. Cuando
ya casi saliamos, el Yamaha de Sandro empezo a fallar por una rotura en
el flexible de la admision al carburador. El flaco con maestria lo arreglo
con dos palitos (si, con 2 palitos que encontro por ahi), y seguimos raudos
con destino Barrancas. Pegamos la vuelta con Roberto que me hizo el aguante, y nos volvimos hasta el primer puesto, sin suerte. De ahi baje caminando hasta el segundo puesto, pero tampoco encontre nada. Subir de nuevo hasta el puesto 1 con las botas y todo el equipo puesto me mato, llegue a la miseria hasta mi DR. Derrotados e indocumentados, nos volvimos con Roberto hasta donde estaban Sandro y el Comandante, ya medio jugados de combustible. Al cruzar el vado, Roberto se cayo y le dio una linda sumergida al XL, asi que hubo que desarmar todo para quitarle el agua que habia chupado.
De
ahi en mas el viaje trancurrio sin sobresaltos. Paramos en Los Raris a
comer un pedazo de salame y queso de maquina que nos vendieron, regados
por unas buenas cervezas. Y de alli a Barrancas, con la unica salvedad
que me comi una cagada a pedos del Comandante, ya que pase un poco zarpadito
entre un arreo de chivos y les espante varios animales a los arrieros,
con lo que me gane una justa reprimenda. DOMINGO 11/12 Nos levantamos con los que nos quedaba de organismo sano, armamos una vez mas el equipaje, desayunamos juntos y encaramos los 400 kilometros de enlace que nos sepraban de la ciudad de Neuquen. Gran parte de camino discurrio sobre tierra y guadales, asi que se hizo divertido. Tambien nos cruzamos unos puesteros que iban a hacer la veranada a Pichi Neuquen, asi que les flataban... 20 dias de marcha!!!!
Fuimos haciendo los repostajes, y llegamos a Neuquen sin novedad a las 15 horas. Nos clavamos un asado memorable en una parrilla (todavia me pregunto como nos dejaron entrar con la facha que teniamos), fuimos a subir las motos al camion y con un aspecto de vagabundos fuimos a la estacion de micros a pedir que nos dejaran bañar, cosa que finalmente sucedio, y pudimos de ese modo abordar el micro a las 19 hs casi sin llamar la atencion. A los 10 minutos estabamos todos durmiendo... LUNES 12/12 LLegamos
a Liniers a las 8 am. Descargamos los bolsos y rapidamente nos despedimos,
ya que cada uno tenia que ir a atender sus obligaciones. COROLARIO Este fue mi bautizmo en viajes en moto de enduro. Fue duro, exigente, y a la vez tremendamente gratificante. Un sentimiento de enorme gratitud y camaraderia para con mis compañeros de viaje, por bancarme, ayudarme y enseñarme. Gracias
Nestor, Sandro y Roberto.
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