Experiencia 4x4 2007 - Tren de las Nubes

Teníamos el animal offroader que todos llevamos adentro, despierto y al acecho de alguna presa… y ésta no se hizo esperar. Asomo de la mano de Experiencia 4x4, bajo el amistoso nombre de “Tren a las Nubes 2007”… Y no la podíamos dejar escapar… peeeero….

Bajate las Gacetillas de Prensa y el ROAD BOOK de la Experiencia4X4

Gacetilla de Prensa - EVENTO

Gacetilla HOJA DE RUTA

Gacetilla _ SELECCION FINAL

ROAD BOOK

Fue idea de Pablo, y sin preguntar ni averiguar mucho, nos anoto para la competencia. Fue algo entre espontáneo y jugado. Así que un día (más bien varios) después de anotarnos, me llego la noticia, bajo el disfraz de aviso: “Reservate el 4 y 5 de Mayo que nos vamos a Gesell a clasificar para la competencia Tren a las Nubes”
-Cómo? Cuándo? Dónde? Porqué? Con quién? – pregunte yo.
Y así, al tiempo, estábamos en el parador Dragones de Villa Gesell cazando nuestra presa: la clasificación.
Luego de una noche descansada en un hotel -5 estrellas (el guión no es un error de tipeo) nos juntábamos con la organización y el resto de los participantes en el parador Dragones, en la punta norte de las arenas geselinas.
Presentación de rigor, caras nuevas, caras conocidas, excompetidores ascendidos a organizadores y un gran scania 6x6 enmarcaban y adornaban el desayuno.
Luego de una breve charla de Enrique Camaratta, comenzaban las actividades de esa primera jornada de la fecha y comenzaba la pelea por dar caza a la fiera.

Evaluación teórica


Un cuestionario de unas 50 preguntas que reunían los cuatro pilares en que se apoya el offroad: rescate de vehículos, primeros auxilios, supervivencia y orientación.

Revisión Técnica de los vehículos.
Uno por uno, los participantes acercaban las camionetas hasta un área donde nos esperaba un mecánico –evaluador de las condiciones del vehículo e inquisidor de cómo tratarlo-, Jose Mosso –evaluador de equipamiento de los vehículos- y algunas otras personas en papel de apoyo. Esta primera posta, fue superada con amplio éxito, merito neto de la Toyota Hilux 2007 enfierrada cual estructura del puente de La Boca.

Manejo
Acompañados por un organizador y bajo la premisa “Están llevando un herido, por lo que no deben realizar movimientos bruscos para superar un obstáculo, ni deben quedar atascados en este”… prueba superada ampliamente por el binomio Pablo-Toyota Hilux. Luego, era el turno para los copilotos. Bajo la misma premisa, el binomio Gusti-Toyota Hilux, no sobresalió, pero supero casi todos los obstáculos (digamos…2 de 15).

Almuerzo
Un guiso de arroz y verduras caliente. Nada mal… peeeeroooo… es sabido que los offroaders son carnívoros!!!!

Luego del almuerzo, comenzaron las charlas y evaluaciones por equipos de orientación, supervivencia y primeros auxilios.

Evaluaciones
Orientación: Complementándonos en nuestros conocimientos, fuimos contestando las variadas respuestas de navegación por GPS (con el GPS Master Pablo) y por brújula (con el Vintage Gusti)... Prueba superada nuevamente!

Supervivencia: ¿Qué es primordial en caso de tener que pasar por una situación de esta naturaleza? Agua, refugio, comida y fuego. ¿Cómo obtener cada uno de estos preciados elementos? Distintas técnicas, algunas realmente muy originales y practicas, fueron explicadas en detalle por los especialistas. Y claro, algunas pautas para decidir a quien comerse primero…

Primeros Auxilios: quebraduras, accidentes, quemaduras… todas esas palabras que uno pretende evitar en el contexto de una travesía alejada de cualquier centro medianamente urbanizado que cuete con –al menos- un pequeño centro de salud.

Para el ocaso, tarde libre. Y nada mejor para el espíritu de un offroader que juntarse con su amigo a brindar. Así, morro hacia zona céntrica geselina, nos encontramos al instante con sendos refrescos y charlando de viajes pasados y travesías venideras.

La cena, en compañía nuevamente de todos los participantes en el parador Dragones, se trato de –nuevamente- un guiso pero de verduras esta vez. Una vez finalizada la cena y luego de enjuagar nuestras lagrimas derramadas en honor a la carne, levantamos la carpa de techo y nos acomodamos para despertar al otro día, bajo el sol del domingo que se había negado el sábado.

Desayuno de rigor y nuevamente al ruedo junto a los veintitantos equipos. Esta vez, la actividad era simulacro de accidente vehicular. Es de destacar la calidad de los actores –sobre todo la de maniquí haciendo de muerto… ni respiraba!!!) y de los evaluadores.

Reaccionamos como pudimos, en grupos de a seis personas, para maltratar a los heridos tratando de ayudarlos.

Algunas cosas parecían marchar bien, otras no tanto, pero la evaluación final –y la critica constructiva por parte de las enfermeras- nos arrojo un resultado mas o menos esperado: individualmente, no habíamos actuado mal, pero en una visión macro del grupo, reinaba la desorganización y la ida y vuelta de los elementos de primeros auxilios entre los distintos heridos y el pobre finado. Algunas aclaraciones post simulacro, para que nos quede claro lo que decía nuestro amigo Sócrates “Solo sé que no sé nada”

Mientras nos reuníamos ya para el nuevo almuerzo, grata era la sorpresa al recibir el aire teñido del inconfundible asado criollo… como buenos offroaders de pura cepa, la felicidad nos colaba… aunque después de esta primera sorpresa, la siguiente la plantea la infalible matemática: la cantidad de comida que ofrecía la parrilla, dividida por la cantidad de participantes, daba un resultado que rozaba el cero! Claro, al acercarnos al parador, nos enteramos que el asado era para la organización. Para nosotros, los participantes, había un refuerzo a la dieta de carbohidratos que veníamos llevando: fideos con verduras!

Después de haber envidiado el asad.. ejem… perdón, almorzado los fideos, realizamos la practica de supervivencia, en la que había que construir un refugio, proveerse de agua potable y hacer fuego. Contando con una bolsa de consorcio, una botella de gaseosa, un poco de algodón, una pila y un poco de virulana, la tarea de construir un refugio, la llevamos a cabo con la bolsa de consorcio, el agua potable la conseguimos de la cercana napa subterránea que encontramos en la playa, filtrada a traves del algodón y el fuego, con algunas ramas, otro poco de algodón, la virulana y la pila.


Cuando todos los equipos realizaron las pruebas, nos reunimos en el parador a esperar los resultados de quienes clasificaban y quienes debían esperar otra oportunidad.


En la lista de nombres, estábamos contados. Pablo y yo, habíamos clasificado para la competencia que se llevaría a cabo en Salta. Habíamos cazado a la presa!

Llegada la cercanía de la fecha de partida, lamentablemente no pudimos participar en la competencia… Un nuevo Perez se estaba encaminando al mundo y se había adelantado a lo que los planes de Mr. Obstetra habían indicado, así que guardamos nuestras ganas y expectativas para la siguiente edición, de la cual esperamos formar parte……….. en la organización!

Pablo P.

Gusti

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